lunes, 27 de diciembre de 2010

Buen perro - Mal dueño.


Yo tenia un perro.
El dia que le tuvimos que bautizar mi familia en un alarde de originalidad repitieron la formula de:

  • Coger un palabro de significado protector o vigilante (llave, vigilar, vigilante...)
  • Traducirlo al inglés
  • Escoger el que resta monosílabo (key, look...) y bautizar al animal.
Look le pusieron, pero yo jamás le llamé así.
Para mi era Luc, o Luke, o Lucas, o cualquier cosa que fuese un nombre real, sin embargo, nunca oficial. Siempre cambiante.

Como casi cualquier dueño piensa, no había perro mas bueno que el. Un animal que era el reflejo del cariño, la bondad y la fidelidad.

Le gustaba ladrar a la gente de la calle. No se porque lo haría. Supongo que le gustaba jugar a proteger su territorio pues, frente a frente, era manso, y solo te molestaba con la cabeza en tu regazo buscando juego y fiestas.  Tan juguetón que jamás valió para proteger la casa.

Me llegó a casa así, pequeñito, no mas grande que una bolsa de patatas y se fue grandullón y perezoso, apalancado como un saco de patatas.


Mi perro murió este jueves.
Una terrible enfermedad nos empujó a todos a sacrificarlo para que el pobre animal dejara de sufrir. No me pude despedir de el, la última vez que lo vi fue la noche anterior a su ingreso en la clínica y tras tres días de pruebas y miramientos no pude tocarlo por última vez. No pude darle unas palmaditas en la cabeza, que supiera que estaba ahí.

Lo amé. El me amaba, y nunca fui lo bastante bueno con el. Nunca fui un buen dueño. Son muchas las cosas que lamento no haber hecho con el y para el.
No se cual seria la manera perfecta de escribir, lo que me gustaría decir. Pero en cualquier caso, solo quería brindarle un pequeño homenaje. Escribir y plasmar el recuerdo de lo que pasó y escupir la pena.

Te quiero Luc. Espérame allí donde estás, pues al cielo de los perros es donde quiero ir cuando muera.

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